A mi abuelo Miguel, que desde el cielo me cuida… ****************************************************************************** La habitación se quedó en silencio. El último aliento se había esfumado, al igual que su vida. Ya era anciano y un paro cardíaco había puesto fin a su vida. Murió sólo, en un momento en el que sus hijos no estaban, su mujer estaba en la cocina preparando la cena, pero sintió que se quedaba sola, sintió que él se había marchado. Por eso volvió a la habitación, por eso comprobó que era cierto lo que sentía, comprobó que estaba muerto. La mujer lloró desconsolada, no podía creerlo, se había ido,… Lo contempló con la cara bañada por las lágrimas, parecía como si se fuera a despertar de un momento a otro. Parecía tranquilo, en paz, y ello la consoló. Lentamente pulsó el botón de la medalla que llevaba colgada al cuello. Y al instante sonó en el teléfono. Era la operadora de tele asistencia. Le preguntó que ocurría y le respondió con total sinceridad; Mi marido