"FLECHAZO"



 - Señor, perdóname... Porque me he enamorado - Rezaba una joven de cabellos oscuros, piel extremadamente pálida y bastante delgada, al pie del altar.

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Era de noche. Ni una sola estrella iluminaba el cielo, salvo la luna llena que podía verse a intervalos entre las nubes. Las calles estaban casi desiertas. Algunos coches circulaban muy deprisa. Las prostitutas paseaban por los callejones, en busca de hombres deseosos de sexo.


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El vampiro caminaba solitario por aquellas calles, con la cabeza gacha y las manos en los bolsillos.
Tenía sed. Necesitaba beber. Caminaba sin rumbo alguno. Sin embargo, pronto percibió un aroma dulce. Un aroma que lo embriagaba hasta más allá de los sentidos. Siguió aquel aroma. Busco al dueño de aquel olor tan delicioso...Y llegó hasta la iglesia...

... Una vez en la puerta de la iglesia, el vampiro se detuvo, contemplando fijamente la grandiosa puerta de arriba a abajo. Aspiró profundamente aquel aroma que se le metía por la nariz, era tan dulce... Minutos después y caminando con parsimonia, se decidió a entrar en la gran catedral...


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La joven de cabellos oscuros seguía rezando en voz apenas audible, mientras movía los labios. Entregaba su alma a Dios por sus pecados. Rogaba el perdón de Dios por la gran insensatez que estaba cometiendo.
Las manos las mantenía entrelazadas a la altura de su pecho. Sus ojos estaban cerrados, pero de su ojo derecho se le había escapado una fría lágrima. La mujer estaba llorando.
Su cabello negro estaba colocado hacia un lado del pálido cuello, dejando al descubierto el lado izquierdo de dicho cuello... Dejándolo a merced de él...

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El vampiro continuaba su camino lentamente, siguiendo el rastro del olor de la muchacha y observando el brillo de aquel cuello virginal. Se pasó la lengua por el labio superior... Tenía sed... Tenía que probar la sangre de aquella joven... Poco a poco se iba acercando más a la joven...

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La mujer seguía inmersa en sus oraciones. Ni siquiera se imaginaba lo que estaba a punto de sucederle. Ni siquiera sintió la respiración de él... Se había metido de lleno en aquella oración... Al fin Dios la liberaría de sus pecados...

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El vampiro se había colocado detrás de la muchacha. Ahora que la tenía cerca podía aspirar su olor con más fuerza... Le fascinaba... Se agachó con delicadeza hasta que sus labios se encontraban a escasos centímetros del cuello de la joven... Abrió la boca, dando paso a unos finos colmillos que se clavarían en aquel delicado cuello...

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En aquel instante, la joven abrió los ojos repentinamente. Y, sin más dilación, se dio media vuelta, mirándole fijamente a aquel iris plateado...
El vampiro se quedó inmóvil... Pues no se esperaba tanta belleza...

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El vampiro permaneció inmóvil. Pues aquel rostro le dejó completamente hipnotizado. Aquella joven era realmente hermosa, parecía que su rostro hubiese sido esculpido por los mismísimos ángeles del cielo. Su cara tenía forma de corazón. Su pelo caía a ambos lados del rostro, dejando al descubierto unos llamativos ojos de color miel.
El vampiro bajó la mirada hasta detenerse en sus labios. Aquellos labios tan apetecibles...

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La joven no se movió ni un ápice, puesto que no era capaz. Aquel chico tenía un brillo especial en la mirada.
En aquel instante el mundo se detuvo a su alrededor. El tiempo dejó de avanzara para detenerse justo en aquel preciso momento.
Ambos se miraban sin mediar palabra. Memorizaban cada centímetro de cada rostro.
Ella sintió como el fuego crecía abrasándole la garganta. Sentía que el aire de sus pulmones se le escapaba y no era capaz de volverlos a llenar de oxígeno...

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El vampiro le acarició una mejilla con su mano helada. Ella hizo el amago de retirarse al notar su mano, pero dejó que el continuara acariciando su piel.
- ¡Qué fría! - Musitó la chica mirándolo al iris dorado.
- ¿Cuál es tu nombre, princesa? - Quiso saber el vampiro.
- Mi nombre, Gabrielle - Susurró ella
- Tienes un nombre precioso.
Ella le mostró una sonrisa dulce y le tomó de la mano. Él quiso resistirse, pero ella no lo dejó.
- Tienes una piel muy bonita.
El vampiro enarcó una ceja.
- Si tú lo dices... - Dijo irónico él.
- Si, es fría, pero es hermosa...




Comentarios

Adol ha dicho que…
Este me ha recordado a Buffy Cazavampiros. Ella sería Drucilla en el momento en que Angel la convertía en una sierva de la oscuridad aunque este no es el caso. Me gusta.

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