50 SOMBRAS...



... DE WAYNE.




Bruce la miró a los ojos y no supo cómo reaccionar, aunque era la primera vez que se veían, la recordaba de algún otro lugar.

Ella mantenía su mirada gris en los ojos de el, procurando mostrar cualquier emoción. Se tomaba muy en serio su trabajo y aquella cita le había costado muchísimo conseguirla. Pues había tenido que valerse de unas armas que pensaba que no tenía, para colarse en su maldita fiesta benéfica.

Era una chica muy tímida y bastante insegura en lo que a su aspecto se refería. Tenía bastantes demonios en su cabeza que no la dejaban avanzar de forma positiva. Y se centraba en el trabajo.

A la vista se apreciaba que era bastante guapo y muy seductor. Estaba completamente segura que se las llevaba de calle. Más ella, como toda una profesional, no caería en esos ojos que la miraban con bastante intensidad.

- Hola, soy Lisa Walker -pudo decir ella, presentándose, dándole la mano, con educación- Soy periodista del Gotham Yorker  y me gustaría hacerle unas preguntas-

- Encantado, señorita Walker -contestó él dudando cómo dirigirse a ella, mientras la observaba de arriba hacia abajo, no era de su estilo, pero tenía algo en su mirada que le llamaba la atención. Y le gustaba.

Lisa, intentando hacer caso omiso a su perturbadora mirada, continuó con su propósito, necesitaba respuestas.

- Es usted multimillonario, joven y soltero aún, además de justiciero,... Un tipo interesante.
Bruce sonrió con gesto de sorpresa. Nadie se había dirigido a él, salvo Alfred, como justiciero.

- Déjeme adivinar cuánto ha tardado en elaborar esa mentira para colarse en mi fiesta.

Lisa puso los ojos en blanco, la verdad era que no se le daba bien mentir.

- La verdad es que estoy escribiendo un artículo sobre su padre y su ambicioso proyecto del tren que comunica toda la ciudad -suspiró de manera desinteresada, levantó la mirada hacia él, intentando parecer segura y prosiguió- Es usted bastante inaccesible, me pregunto ¿qué demonios hace en esta solitaria mansión todos los días?

En los labios de Bruce se formó una sonrisa. Intuyendo hacia dónde quería ir a parar la chica, buscó la respuesta adecuada. Si hubiera querido, hubiera pasado de ella, se habría dado media vuelta y la habría dejado plantada, especulando. Más empezaba a tener cierto interés por aquella jovencita de pelo negro.

- ¿Qué hace un multimillonario que tiene a gente que se ocupe de sus empresas? -Bruce dejó unos segundos de intenso silencio, dando más énfasis a su respuesta- Pues lo que haría cualquiera: ponerme en forma, sentarme frente al ordenador y curiosear...-Era verdad lo que contaba, pero había omitido que cuando Gotham lo necesitaba, se ponía su máscara e iba a salvarla.

Aquella respuesta defraudó a Lisa. Miró a otro punto del salón, porque no quería que él se sintiera mal. Comprendió que, en mitad de aquella fiesta, él no podría confesar quién era realmente. Y ella lo necesitaba...

Bruce notó su descontento. Le agarró del mentón y le obligó a mirarlo a los ojos de nuevo.

- Hagamos un trato, si me acompañas en esta aburrida fiesta donde cada quien intentará sorprenderme, prometo mostrarte algo que merecerá la pena.

Ella no respondió, sólo asintió. Sin pensar en las consecuencias que aquella proposición podría tener. Se dejó llevar y se olvidó de su trabajo el resto de la noche...


<<... Aquella noche cuando Lisa llegó a su apartamento, se había olvidado del motivo que la había hecho viajar a la ciudad de Gotham. Y llegó con una sonrisa que no pudo eliminar durante varios días. Él quedó con ella para comer al día siguiente, se mostraba muy interesado en conocerla más. Ella aceptó, siguiendo los instintos de su corazón. Porque no quería hacer otra cosa... Igual le sucedió a él. Acostumbrado a elegir a las mujeres para satisfacerse y, luego desecharlas, que al estar cerca de Lisa sentía como el frío desaparecía de su corazón y aliviaba su dolor...>>


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