RELATO: MIENTRAS TANTO, TÚ...
Las lágrimas recorrían sus mejillas, dejando su rastro en ellas. Observaba la carretera, concentrada en la conducción, sin poder evitar pensar en él. Lo quería y no podía hacer nada por estar a su lado. Lo mejor era marcharse, alejarse de todo y comenzar una nueva vida. Seiscientos kilómetros bastarían con separarla de él, de Madrid a Málaga, de Alcorcón a Ronda; serían kilómetros suficientes para olvidarlo. - “Adiós, Leo, te deseo toda la felicidad del mundo”. ∞∞∞∞ Tres años después Ella se encontraba sentada en un banco del parque, leyendo una de sus tantas novelas. Llevaba instalada mucho tiempo en aquel lugar y ya no deseaba otra cosa que permanecer en aquel municipio tan soñado para cualquier turista. Aunque a muchos kilómetros más allá, alguien volvía triste a casa, una vez más había fracasado su búsqueda. No sabía dónde demonios se había metido. Llevaba buscándola mucho tiempo. Se había recorrido la ca...