VENGANZA
Dicen que del amor al odio hay sólo un paso. Susana pudo comprobar que era verdad. Él la había traicionado. Había jugado con sus sentimientos y, por si fuera poco, había salido airoso de la situación. Había parecido que el bueno, el ángel , era él, Ángel o José, como demonios quisiera llamarse. Ella había salido corriendo, con las manos ocultando sus ojos, enrojecidos, llenos de dolor. La había insultado, la había engañado, para poder salirse con la suya. Por su mente pasaban muchos pensamientos, todos ellos de venganza. Aunque sabía que no haría nada. Porque no era capaz. "Por eso abusé de ti" "Eras un juguete del que me he hartado y quiero probar otros que han salido al mercado" "No vales nada" ¿Merecía la pena estar con alguien así? aquella pregunta surgió en su mente, como un haz de luz entre tinieblas. De pronto, la muchacha se paró en medio de un paso de peatones y miró hacia ambos lados, desubicada. Apretó los puño...