Nueva Oportunidad

Amalia no podía creer lo que estaba viendo. Sus ojos se llenaban de lágrimas, a la vez que sus manos tapaban su boca, sorprendida. Allí estaban él, al pie del altar, casándose con otra. El amor de su vida, la única persona que ella había amado, se alejaba de ella para siempre. La mayoría de los habitantes del pueblo asistían a la ceremonia. Incluída su propia familia, todo por sus relaciones sociales con la créme de aquel pequeño pueblo malagueño. El sacerdote se dirigió a los allí presentes, haciendo la rutinaria pregunta de siempre. - Adriana ¿Tomas a Samuel por esposo, para amarle y respetarle, en la salud y en la enfermedad, hasta que la muerte los separe? La joven novia contempló a su futuro marido, de pie ante ella, con una mirada congelada en el rostro, bastante serio. Sus ojos azules emitían un brillo aguado, como si fuera a derrumbarse de un momento a otro. Pero no, Samuel nunca lo haría, si lo conocía bien, él jamás lloraría en público o se irritaría delante de alg...