NOCHE DE REYES - LA ESPERA.



Hoy es una noche mágica, le dijeron.

Hay que acostarse pronto, sino los Reyes no pasarán.

Pero no te olvides de dejarles un vaso de leche a cada uno, agua para los camellos y algo de turrón para comer.

Ethan había completado aquella tarea con ilusión. Incluso había sido un día inmejorable.

Había acudido con sus padres a ver la Cabalgata de los Reyes Magos, había cogido muchos caramelos.

Mientras estaba en la cama, arropado como un paquetito, junto a su oso de peluche, pensó que aquel año había sido un niño muy bueno. En el colegio sacaba excelentes notas, en casa obedecía siempre a papá y a mamá,... Los Reyes le dejarían regalos. Se había esforzado por ser un buen chico y que sus papis fueran felices.

Al pequeño Ethan le costó dormir, por la emoción de saber qué le dejarían bajo el árbol. 

La lista era larga, pero lo que más deseaba era una bicicleta. Para irse con su papá al parque.

Ojalá se lo trajeran. 

El pequeño miró el reloj, ya era medianoche, apretó fuertemente los ojitos y cayó rendido en un profundo sueño.

"Vamos, no os entretengáis, este año ha sido excelente y se lo ha ganado" -Surgió una voz en la oscuridad. El dueño de aquélla, se abrió paso hacia el Gran Árbol de navidad. Después abrió el saco que cargaba a la espalda y sacó los regalos que le pertenecían.

Sus compañeros se habían entretenido comiendo el plato de turrón y bebiendo la leche. Nunca se llenaban ¡Y eso que visitaban muchas casas! Hasta que el otro les miró con un gesto de desaprobación.

"Oye ¡Dejadme un poco! ¡Siempre os lo coméis todo!"

Melchor, Gaspar y Baltasar, comprobaron que los regalos que le pertenecían a aquella pequeña familia, se encontraban bajo su árbol. Melchor sonrió para sí al ver que había dos regalos para los perros de la familia. Y sin más, se marcharon a otra casa, a seguir con el reparto.

El árbol de navidad se encontraba en semi oscuridad, ya que la luz de la luna se colaba por la ventana, dejando ver las siluetas de los regalos. Una de ellas muy particular, grande y con dos ruedas, estaba sin envolver, pero tenía un lazo precioso en la cesta: ¡Ethan tenía su primera bicicleta!


¡¡¡FELICES REYES!!!

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