Memorias de Alezeia

Su nombre era Julián. Trabajaba como dependiente y tenía novia. Llevaban varios años comprometidos, hasta vivían juntos.

Tenía una vida estable, placentera y cómoda. Si le hubieran preguntado antes,  su respuesta habría sido que no cambiaría nada de lo que tenía. Sin embargo, cuando conoció a Melissa su mundo cambió. Hasta el punto de dejarlo todo por ella.

Desde que la vio aparecer en su tienda de electrónica, sus pensamientos se los dedicaba a ella. Y gracias a su compañero de trabajo, y amigo, Javier, pudo conocerla un poquito más.
Siempre que Melissa quedaba con Javier, acercándose a su trabajo y, por supuesto, a él le tocaba turno, Julián la saludaba con una grata sonrisa y un brillo en los ojos hacia relucir su mirada.

- Hola... -Le saludaba ella con timidez.

Para la joven él no significaba nada, más no podía ser nada porque era el amigo de Javier. Por eso siempre le saludaba, se giraba y salía de la tienda acompañada de su amigo.

Cada día, el corazón de Julián latía más lento y más r…

Ahora que estás triste y sólo,
en un oscuro rincón,
Ahora te has dado cuenta,
que cometiste un error.
Si apreciabas mi amistad,
con todo tu corazón,
y tu orgullo no es tan fuerte,
como para cometer otro error,
me gustaría que regresaras,
para que me pidas perdón,
sólo espero que vuelvas...
... Si quieres salvar nuestra amistad...
NOTA: Este poema va dedicado a aquellos amigos a los que, aun en la distancia, guardo un gran cariño. Porque a veces puedo fastidiarla, porque soy humana y cometo errores. Sin embargo, alguien me dijo una vez que saber rectificar y reconocer tus errores es de sabios. Y porque hay amistades que merecen la pena. Alezeia.